¿Tenemos que cumplir todas estas leyes de la Antigua Alianza?
Hay que comenzar sabiendo que la Justicia viene de Jesucristo no de la Ley del A.T.: (Ga.2:11-21) “…Yo no anulo la gracia de Dios: si la justicia viene de la Ley, Cristo ha muerto inútilmente.” Nuestro Señor Jesús, vino para liberarnos de esta Ley, no para abolirla sino para establecer lo permanente, lo definitivo: (Hb.10:5-9) “Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad". Así declara abolido el primer régimen para establecer el segundo.”, igual de importante es saber que: (Ga.5:18) “si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”. Las leyes que a través de Moisés se transmitieron al pueblo de Israel de generación en generación, eran muy duras para cumplirse. Por tal razón, Jesús en una de sus predicaciones les responde a los maestros de la Ley: (Lc.11:46) “Él le respondió: ¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!” La razón la encontramos en: (Ml.2:8) “Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos.”, (Jr.8:8) “¿Cómo ustedes se atreven a decir: «Somos sabios y la Ley del Señor está con nosotros», siendo así que la ha falsificado la pluma engañosa de los escribas?”
He escuchado decir que Jesús solo abolió en la cruz las maldiciones de la Ley, refiriéndose a que había Leyes que traían bendiciones y otras maldiciones. La Palabra es clara, solo tenemos que estar dispuestos a aceptarla: (Col. 2:14) “El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz”. Toda la Antigua Ley se esfumó en la cruz con Cristo, toda la Antigua Ley era una Ley de Bendición para el que la cumpliera y de maldición para el que no la cumpliera: (Ga.3:10) “En efecto, todos los que confían en las obras de la Ley están bajo una maldición, porque dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley”. Cuando el Apóstol Pablo dice algo, lo dice por mandato divino: (1Co.14:36-37) “Si alguien se tiene por profeta o se cree inspirado por el Espíritu, reconozca en esto que les escribo un mandato del Señor, y si alguien no lo reconoce como tal, es porque Dios no lo ha reconocido a él.”
La Palabra de Dios nos dice muy claramente que toda la Antigua Ley traía maldición, por tal razón fue abolida por Él: (Ga.3:13) “Cristo nos liberó de esta maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, porque también está escrito: Maldito el que está colgado en el patíbulo”. Esta predicación de los Apóstoles es Palabra fiel de Dios: (Dt.11:26-28) “Yo pongo hoy delante de ustedes una bendición y una maldición. Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor, su Dios, que hoy les impongo. Maldición, si desobedecen esos mandamientos”, Dios añade: (Dt.11:32) “Cumplan fielmente todos los preceptos y leyes que hoy les impongo”. Aquí solo queda decir: (Mt.13:9) “¡El que tenga oídos, que oiga!”.
Dios conoce el corazón del hombre y Jesús es Dios, así que Él, más que nadie sabía cuál era el propósito de la Ley, pero también conocía cómo esa Ley era injustamente aplicada al pueblo de Dios. Veremos un ejemplo: (Mc.7:11-13) “En cambio, ustedes afirman: Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro "corbán" –es decir, ofrenda sagrada– todo aquello con lo que podría ayudarte... En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre. Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!” (refiérase a: Ml.2:8, Jr.8:8). Como hemos leído, era permitido entre los judíos declarar ofrenda, y ya sabemos a lo que se refiere con ofrenda, ver: leyes referentes a los diezmos y las ofrendas: (Nm.18:25-32), cualquier cosa (incluyendo la ofrenda económica) con la que pudieran ayudar a sus padres. Pero sabemos que esta amonestación de Jesús, no solo se limita a sus padres, podría ser cualquier miembro de la familia o la comunidad, ya que persigue el mismo principio.
Quizás encuentres personas que te pidan cumplir leyes o preceptos de la Antigua Ley. Para algunas Iglesias por ejemplo cumplir de forma obligatoria algunos mandamientos o preceptos como lo son guardar el sábado: (Ex.20:8) “Acuérdate del día sábado para santificarlo”, no realizando ningún trabajo o actividad de índole no religiosa, o dar de forma obligatoria el diezmo: (Nm.18:26) “Habla en estos términos a los levitas: Cuando ustedes reciban de los israelitas los diezmos que yo les asigné como herencia, reservarán la décima parte como una ofrenda para el Señor:”, en ocasiones con el señalamiento de que le estás robando a Dios al no darlo, el privarte de comer ciertos animales: (Lv.11:1-47) “el cerdo, porque tiene las pezuñas partidas, pero no es rumiante: a este deberán considerarlo impuro” o quizás hasta prohibirte hacerle una transfusión de sangre a tu hijo/a la cual podría salvarle la vida, por el hecho de que está prohibido por la Ley: (Gn.9:4), (Lv.17:11-14), “Porque la vida de la carne está en la sangre”.
Pero cuando te encuentres con alguna de estas situaciones formúlate esta pregunta: ¿por qué se aferran a estas pocas leyes y no a todas?, la Ley de guardar el sábado, separar obligatoriamente el diezmo para la Iglesia o no comer ciertos animales o sangre, son una mínima selección de leyes si tomamos en consideración todas las leyes que se le dieron al pueblo de Israel. Quizás ni ellos mismos te puedan contestar esa pregunta, y si la contestan darán su opinión, pero no podrán probar con la Biblia que pueden obligarte a cumplir ciertas leyes del Antiguo Pacto y no todas. Por supuesto, ¿qué líder religioso cumpliría o pediría a sus feligreses cumplir esta Ley por ejemplo?: (Ex.21:15-17) leyes referentes a otros delitos castigados con la muerte, (v.15) “El que golpee a su padre o a su madre será castigado con la muerte”. (v.17) “El que maldiga a su padre o a su madre será castigado con la muerte” (refiérase a: Mt.15:4) “En efecto, Dios dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y: El que maldice a su padre o a su madre, será condenado a muerte.”
Tal vez no entendieron lo que quiso decir el Apóstol Pablo cuando dijo: (Rm.2:12) “En efecto, todos los que hayan pecado sin tener la Ley de Moisés perecerán sin esa Ley; y los que hayan pecado teniendo la Ley serán juzgados por ella”, o lo que está escrito en la carta de Santiago: (St.2:10) “En efecto, aunque uno cumpla toda la Ley, si peca contra un solo precepto, quebranta toda la Ley”. Los Cristianos no vivimos sometidos a la Ley de Moisés, Ley de Maldición: (Ga.3:13): “Cristo nos liberó de esta maldición de la Ley”, ya hemos visto que la Ley de Moisés, no se refiere únicamente a los diez mandamientos escritos en las tablas de piedra, o la prohibición de comer ciertos animales o separar para la Iglesia el diezmo, son muchas más las leyes y preceptos como ya hemos visto y todas de carácter perpetuo.
Así que la Ley de Moisés está escrita para los que quieran estar bajo la Ley: (Rm.3:19) “Ahora bien, nosotros sabemos que todo lo que dice la Ley es válido solamente para los que están bajo la Ley, a fin de que nadie pueda alegar inocencia y todo el mundo sea reconocido culpable delante de Dios”. No olvides que: (Col.2:20) “Ya que ustedes han muerto con Cristo, a los elementos del mundo, ¿por qué se someten a las prohibiciones de:
(Col.2:21) “no tomar, no comer y no tocar, como si todavía vivieran en el mundo?”
(Col.2:22) “Todo esto se refiere a cosas destinadas a ser destruidas por su mismo uso y no son más que preceptos y doctrinas de hombres”.
(Col.2:23) “Estas doctrinas tienen una cierta apariencia de sabiduría por su religiosidad, su humildad y su desprecio del cuerpo, pero carecen de valor y sólo satisfacen los deseos de la carne”.
Para nosotros los Católicos, Dios puso punto final a la Antigua Ley con el sacrificio de su hijo Jesús. Pues fue Jesús mismo, el que estando entre nosotros dio cumplimiento de ella: (Mt.5:17) “No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”. Lo que se nos ha transmitido por más de 2000 años ha sido la misma enseñanza, en nuestro Señor Jesucristo se cumplió toda la Ley: (Jn.19:30) “Después de beber el vinagre, dijo Jesús: Todo se ha cumplido. E inclinando la cabeza, entregó su espíritu”. Para poder salvarnos de la muerte eterna, primero cambia el Sacerdocio y a raíz de esto cambiaría la Ley: (Hb.7:12) “Porque el cambio de sacerdocio implica necesariamente un cambio de Ley”.
Para quienes guardamos la Ley de Cristo, lo tendremos a Él como mediador ante el Padre, sin embargo, ¿será igual para quienes guarden los preceptos de la Antigua Ley?: (Jn.5:45) “No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza”. Para quienes aún no lo tengan claro, el Apóstol Pablo dice: (Rm.2:12) “En efecto, todos los que hayan pecado sin tener la Ley de Moisés perecerán sin esa Ley; y los que hayan pecado teniendo la Ley serán juzgados por ella…”
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