“Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre.” (Mateo.24:27)
¿Cómo acontecerá el juicio final?
Hemos escuchado doctrinas muy diferentes con relación a este tema, mientras las enseñanzas Apostólicas se centran en una segunda y final aparición de nuestro Señor Jesucristo al final de los tiempos: (Hechos de los Apostoles, 1:11) “Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir”, para juzgar a vivos y muertos, otras doctrinas Cristianas que no profesan la fe Católica enseñan que Jesús vendrá dos veces más, uno el rapto, y dos el juicio final. Todos confesamos que Jesús, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, estuvo una primera vez en la tierra: (Juan, 1:14) “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. En adición, los Católicos profesamos una segunda venida de Dios para juzgar vivos y muertos: (Segunda carta a Timoteo, 4:1) “Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino.” Algunas iglesias “post reforma” que difieren doctrinalmente de las iglesias protestantes más ortodoxas, esperan dos más, se explicará en adelante. Es importante mencionar que es en el libro de Daniel en donde por primera vez se nos da una pista sobre este suceso, leamos: (Daniel, 12:2-3) “ También muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para vida eterna, otros para ignominia y vergüenza eterna. Entonces los sabios brillarán como el resplandor del firmamento, y los que condujeron a muchos a la justicia, como las estrellas por toda la eternidad.”
Revelación Divina
En primer lugar, hay que recordar que la doctrina que profesamos parte de la revelación divina:
La revelación es la manifestación que Dios ha hecho a los hombres de Sí mismo y de aquellas otras verdades necesarias o convenientes para la salvación eterna.
La Revelación -también llamada doctrina Cristiana o depósito de la fe- se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición.
Jesucristo confió la Revelación a la Iglesia Católica. Por medio de sus Apóstoles, por tanto, sólo la Iglesia tiene autoridad para custodiarla, enseñarla e interpretarla sin error.
La Tradición es la Palabra de Dios no contenida en la Biblia, sino transmitida por Jesucristo a los Apóstoles y por éstos a la Iglesia. Las enseñanzas de la Tradición están contenidas en los Símbolos o Profesiones de la fe (por ejemplo, el Credo), en los documentos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres de la Iglesia y en los ritos de la Sagrada Liturgia.
La Doctrina del Rapto
Primeramente, tenemos que hacernos esta pregunta, ¿Quién o quiénes verán al Señor? ¿Cuál es el mandamiento que debemos cumplir para este propósito? En la Biblia encontramos la respuesta a esta pregunta: (Primera carta de Pedro, 1:16) “Sean santos, porque yo soy santo”. Para ver a Dios, para entrar al cielo debemos hacerlo sin mancha, sin pecado. Debemos estar limpios de toda impureza, pues como dice la Palabra: (Hebreos, 12:14) “Busquen la paz con todos y la santificación, porque sin ella nadie verá al Señor”. Ninguna persona que tenga la más mínima mancha morará con Dios. Ya Jesús nos había advertido, si queremos entrar al cielo debemos ser como niños, refiriéndose a su pureza espiritual: (Mateo, 19:14) “pero Jesús les dijo: Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos”.
Mientras que la Iglesia Católica conserva la tradición de los Apóstoles y de los Padres de la Iglesia fundamentados en la Palabra de Dios revelada en todos los temas de fe, otras Iglesias prefieren las doctrinas modernas, al parecer son mucho más atractivas para ellos. Mientras que los Apóstoles predicaban una segunda venida de nuestro Señor Jesús de forma visible y nada silenciosa: (segunda carta a los Tesalonicenses, 1:7-9) “cuando se manifieste el Señor Jesús, que vendrá desde el cielo, con los ángeles de su poder, en medio de un fuego ardiente”. Los llamados apóstoles de diferentes denominaciones protestantes como lo fueron: Tim LaHaye: (Tim Francis LaHaye (April 27, 1926 – July 25, 2016) was an American Baptist evangelical Christian minister who wrote more than 85 books, both fiction and non-fiction, including the Left Behind series of apocalyptic fiction, which he co-authored Jerry B. Jenkins : Jerry B. Jenkins (co-author of the book: Left Behind series of apocalyptic fiction), Billy Graham ("The rapture will come when we meet Jesus in the air and we will be reunited with our loved ones who died in Christ and have gone before us"), Jerry Falwell (Teaches Bible Prophecy books) y otros, predicaban una nueva doctrina, la doctrina del rapto o arrebatamiento de forma silenciosa y casi imperceptible, teniendo como origen esta doctrina un libro de carácter novelesco llamado “Left Behind” pero no siendo el único en su clase.
Quizás este asunto no sea del conocimiento de todos, pero esta doctrina, la del Pretribulacionismo o Rapto, con bastante certeza comenzó alrededor del año 1800 y fue difundida por John Nelson Darby. El movimiento de los Hermanos de Plymouth tuvo su comienzo en Irlanda e Inglaterra en la década de 1820. Su primer líder más destacado fue John Nelson Darby (1800-82), quien enseñó que Cristo podría volver en cualquier momento y en un "rapto secreto" arrebataría a los miembros de la iglesia verdadera y los llevaría a vivir en el cielo.
Existen varias teorías acerca de cómo el Sr. John Nelson Darby llego a la conclusión de que ocurriría un Rapto. No tratare este asunto en este escrito, si le interesa indagar existe mucha documentación sobre el mismo en internet.
¿En qué se basan los que defienden la doctrina el rapto?
Una de las lecturas Bíblicas más utilizadas para defender esta postura sería las siguiente: (Primera carta a los Corintios15:51:52) “Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final –porque esto sucederá– los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados”.
Si hablas en algún momento con alguna persona qué intenta explicarte en que consiste el rapto, basándose en esta lectura, creo que jamás lo entenderás. Todo lo que esa persona intentará explicarte estará lleno de contradicciones. ¿Cómo explican el rapto? Será algo parecido a lo que Jesús predicó en: (Mateo, 24:40-41) “De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada”. ¿Cuáles son las contradicciones? En primer lugar, predican un acontecimiento invisible: “serán arrebatados sin que nadie se dé cuenta”, dicen que desaparecerán, se desvanecerán y aparecerán en el cielo, ese es el rapto. ¿Será así?, quizás tendrás que leer más de una vez esta lectura para que veas lo que ellos no pueden ver: (Primera carta a los Tesalonicenses, 4:15-17) “Queremos decirles algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto. Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo. Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, serenos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre.”, (Primera carta a los Corintios15:51:52) “Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final –porque esto sucederá– los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados.” En segundo lugar, dicen que serán salvos los arrebatados, quiere decir que no habrá juicio para ellos, sin embargo, la Palabra dice todo lo contrario: (Hebreos, 9:27) “Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio.”
Primer punto: Ninguna persona viva irá al cielo primero que los muertos: (Primera carta a los Tesalonicenses, 4:15-17) “los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto”, (Primera carta a los Corintios15:51:52) “porque esto sucederá– los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados” Así que primero se dará la resurrección de los muertos, ¿cómo será esta resurrección? Si estuviste atento a la lectura habrás notado que esta resurrección se dará “cuando venga el Señor”, entonces el Apóstol Pablo hace referencia a la segunda venida del Señor, pues será en ese momento en el que los muertos resuciten para ser juzgados: (Juan,5:28-29) “No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz. y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio”. (Apocalipsis, 20:12) “Y vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono.
Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras”, ref. (Exodo, 32:32-33)
Este suceso no será silencioso, ni imperceptible, todo lo contrario, Él vendrá al son de trompetas, con poder y gloria: (Primera carta a los Tesalonicenses, 4:15-17) “…Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo…”. (Primera carta a los Corintios15:51:52) “…cuando suene la trompeta final…” (Mateo, 25:31) “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso”. Solo nos queda analizar: (Mateo, 24:40-41) “De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada”, la respuesta la encontraremos en ese mismo capítulo y también analizando la parábola del trigo y la cizaña: (Mateo, 24:37-39) “Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé”. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre”.
Como vemos Jesús no se refiere a que vendrá en secreto, Él está comparando su gloriosa aparición con lo ocurrido en tiempos de Noé, la gente vivía despreocupada realizando sus tareas diarias, mientras que Noé fue obediente, escuchó la voz de Dios y cumplió todo lo que Él le había mandado, por esa razón Noé se salvó: (Genesis, 6:22) “Así lo hizo Noé, cumpliendo exactamente todo lo que Dios le había mandado”. Jesús nos advierte en esta lectura: (Mateo, 24:40-41) que tal como ocurrió con el diluvio nadie sabrá el día, ni la hora de su gloriosa venida: (Mateo, 24:36) “En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”. Llegará cuando menos nos lo imaginemos: (Mateo, 24:27) “Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre”. Y por esa razón nos alienta a estar preparados: (Mateo, 24:42) “Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor”.
El segundo punto, Jesús en: (Mateo, 24:40-41) nunca mencionó quién se salvaría y quien no, si el que fue arrebatado o el que se dejó en la tierra, pero tampoco dejó nada a la imaginación del hombre. La clave para entender este arrebatamiento la encontramos en la conocida parábola del trigo y la cizaña: (Mateo, 13:24-30) “Y les propuso otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él? Él les respondió: Esto lo ha hecho algún enemigo. Los peones replicaron: ¿Quieres que vayamos a arrancarla? No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero”. Sí, leíste bien, quien fue arrebatado también fue lanzado al fuego y quien permaneció se salvó y fue llevado al cielo. No olvidemos que, para alcanzar el cielo, que es la promesa, debemos perseverar y serán los que perseveren hasta el final los que se salvarán: (Mateo, 24:13) “pero el que persevere hasta el fin, se salvará”.
Nadie se librará del juicio, por tal razón la doctrina del arrebatamiento no tiene ningún sentido. Desaparecer y aparecer en el cielo siendo salvos, esa gracia solo se dio a algunos: (Mateo, 16:28) “Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino”.
Los que esperamos esa gloriosa venida de nuestro Señor Jesucristo veremos esto: (Mateo, 13:49-50) “Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes”.
¿Cómo ocurrirá esta separación de malos y justos, cómo se les juzgará?: (Mateo, 25:31-46) “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?" Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron". Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido? Y él les responderá: Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo. Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”.
El peligro de la interpretación privada de las profecías.
Cuando tu o yo le damos un significado diferente a lo que se nos ha transmitido, entonces caemos en el peligro de la interpretación privada de las Sagradas Escrituras, solo aventúrese a ver videos en las diferentes plataformas en donde predicadores protestantes de los últimos tiempos y de tiempos recientes, predicaron y predican el llamado Rapto. Muchos de ellos profetizaron que serian arrebatados en el Rapto, lo que nunca sucedió.
¿Qué enseña la iglesia Católica?
Debes saber de antemano que Los Apóstoles nunca predicaron el rapto, los Cristianos del siglo primero no creyeron en el rapto, los padres de la Iglesia jamás mencionaron el rapto, en ningún concilio de la Iglesia se mencionó el rapto y que los reformadores, Lutero, Calvino, Zwinglio y demás nunca predicaron el rapto.
¿Qué predicó la Iglesia desde un principio y hasta el día de hoy?
Todos sabemos que el tiempo en esta vida es limitado, pasajero y que llegará el día en que partamos de este mundo para encontrarnos con nuestro Dios, ya sea porque hemos muerto de forma natural o que tengamos que presentarnos ante Él, el día del juicio final. ¿Cómo sabemos que habrá un juicio y no un Rapto? El Apóstol Pablo habló sobre este suceso: (Romanos, 14:10) “Tú pues, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también ¿por qué desprecias a tu hermano? Que todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo.” La palabra todos, significa todos. Si los Apóstoles hubiesen creído en un Rapto, la retórica seria otra, algo así como: “…los que no se vayan en el rapto comparecerán ante el tribunal de Cristo ”
Jesús dijo: (Lucas, 18:7-8) “Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que les hará justicia sin tardanza. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”. El pueblo pedía a gritos que se les hiciera justicia, es lo mismo que rezamos cada vez que vamos a la Iglesia, cuando repetimos: (Salmo, 38:23) “Señor Apresúrate a Socorrernos”. Estamos pidiendo a Dios lo mismo que le pedían los Cristianos de siempre, que apresure su llegada. Los Apóstoles confiados en la promesa de Jesús, alentaban al pueblo a ser pacientes, pues muchos abandonaban la fe, pues se decepcionaban al no ver cumplirse esta promesa: (Segunda carta de Pedro, 3:1-18) “Sepan, en primer lugar, que en los últimos días vendrán hombres burlones y llenos de sarcasmo, que viven de acuerdo con sus pasiones, y que dirán: ¿Dónde está la promesa de su Venida? Nuestros padres han muerto y todo sigue como al principio de la creación”. Pero ustedes, queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El señor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan”.
Estamos seguros de que su promesa se cumplirá: (Lucas, 18:7-8) “Les aseguro que les hará justicia sin tardanza”, ¿cuándo?: (Hechos de los Apostoles.1:6-7) “Los que estaban reunidos le preguntaron: Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel? Él les respondió: No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad”. Primer punto, no nos dejemos engañar, nadie podrá predecir el día ni la hora: (Mateo, 24:36) “En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”.
Cuidado con los rumores, no es lo mismo un rumor que una predicción. Desde los tiempos de persecución contra los primeros Cristianos se rumoraba el hecho del fin del mundo. Más tarde sucesos como lo ocurrido a partir del año 1346 con la aparición de la peste negra, en el 1987 lo que ocurriría debido al paso del Cometa Halley, lo mismo ha pasado tras los conflictos armados (1ra y 2da guerra mundial) etc. Pero hay quienes se han puesto en el lugar que le corresponde a Dios, personas que se han olvidado de las verdades pronunciadas por Jesús: (Mateo, 24:4) “Él les respondió: Tengan cuidado de que no los engañen, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Yo soy el Mesías", y engañarán a mucha gente. Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerras; no se alarmen: todo esto debe suceder, pero todavía no será el fin. En efecto, se levantará nación contra nación y reino contra reino. En muchas partes habrá hambre y terremotos. Todo esto no será más que el comienzo de los dolores del parto. Ustedes serán entregados a la tribulación y a la muerte, y serán odiados por todas las naciones a causa de mi Nombre. Entonces muchos sucumbirán; se traicionarán y se odiarán los unos a los otros. Aparecerá una multitud de falsos profetas, que engañarán a mucha gente. Al aumentar la maldad se enfriará el amor de muchos, pero el que persevere hasta el fin, se salvará…”
¿Tienes idea de cuántas veces se ha profetizado dicho suceso? No hay dedos para contarlos:
El evangelista televisivo Pat Robertson predijo el retorno de Jesús a la Tierra en algún momento de la década de los 80. El evento, denominado el Rapto, se pronosticó basándose en los escritos de la Biblia.
Desde su fundación en 1870, los Testigos de Jehová profetizaban que el fin del mundo llegará en 1914, posteriormente cambiaron la fecha. Y la cambiaron muchas veces más…
Yiye Ávila, a quien muchos protestantes consideran uno de los grandes evangelizadores de los tiempos modernos, predicó el Rapto, incluso predijo que él mismo sería arrebatado en dicho evento. No esta de mas decirles que este, llamado evangelizador por algunos protestantes, murió el 28 de junio de 2013, sin ver el tan esperado Rapto.
Cristo vendrá una segunda y última vez.
La Palabra de Dios es clara, volveremos a ver a Cristo venir con poder y gloria una vez más: (Hebreos, 9:28) “así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan”. No vendrá dos veces más, una para arrebatar y otra para juzgar. No existe tal afirmación en la Biblia.
No habrá un rapto, ni un arrebatamiento, ni nos disolveremos ante los ojos de algunos para aparecer nuevamente en el cielo. Si seremos transformados: (Primera carta a los Corintios15:51:52) “Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final –porque esto sucederá– los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados”. ¿Con qué propósito? Porque todos estamos obligados a comparecer ante Dios: (segunda carta a los Corintios, 5:10) “Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal”.
Porque ningún hombre vivo o muerto se librará del juicio de Dios: (Hebreos, 9:27) “Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio”.
Porque todos y cada uno de nosotros daremos cuenta a Dios por nuestros actos: (Mateo, 12:36) “Pero les aseguro que en el día del Juicio, los hombres rendirán cuenta de toda palabra vana que hayan pronunciado”.
Porque a grandes y a chicos se le pedirá cuenta de sus obras: (Apocalipsis, 20:12) “Y vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras”. La primera referencia sobre el libro de la vida la podemos leer en (Éxodo, 32:32-33) “¡Si tú quisieras perdonarlo, a pesar de esto...! Y si no, bórrame por favor del Libro que tú has escrito». El Señor le respondió: Yo borraré de mi Libro al que ha pecado contra mí.”
Porque aun los que se salvarán, pues vivieron conforme a Él, saben que la plenitud de su amor se manifestará el día del juicio: (primera carta del Apóstol Juan, 4:17) “La señal de que el amor ha llegado a su plenitud en nosotros, está en que tenemos plena confianza ante el día del Juicio, porque ya en este mundo somos semejantes a Él”.
Las puertas del cielo se abrieron para todos nosotros, pero hay un solo obstáculo que debemos superar para poder entrar. Todos sin excepción de persona nos presentaremos ante el tribunal de Cristo para ser juzgados: (segunda carta a los Corintios, 5:10) “Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo…” Ya habíamos mencionado el libro de Daniel: (Daniel,12:2-3), ahora veremos a Jesús validando la postura Apostólica y Católica y de muchos otros Cristianos que no creen en la doctrina del Rapto: (Juan,5:28) “No os asombre esto, porque vendrá el tiempo en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y saldrán los que hayan hecho el bien, para resurrección de vida; y los que hayan hecho el mal, para resurrección de juicio.”
“… Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza poderosa,” (Efesios; 1:17-19). Amen
Esta es una publicación de www.derribandosofismas.com