Fiesta de: La Pascua judía, conocida como "Pesaj"
Es una de las festividades más importantes en el calendario judío. Se celebra en conmemoración del éxodo de los israelitas de Egipto, que marca el principio de su liberación de la esclavitud bajo el liderazgo de Moisés, según el relato bíblico del libro del Éxodo en el Antiguo Testamento.
Durante la Pascua judía, se llevan a cabo varias ceremonias y rituales significativos, incluyendo la cena de Pascua o Seder, donde se recitan pasajes de la Torá, se come pan ácimo (matzá) y hierbas amargas, y se bebe vino, todo ello simbolizando aspectos clave de la historia de la liberación de los israelitas.
Aquí hay un pasaje del Antiguo Testamento que establece la celebración de la Pascua judía:
(Éxodo 12:1-14)
Dijo Yahvé a Moisés y a Aarón en el país de Egipto: “Este mes será para vosotros el comienzo de los meses; os será el primero de los meses del año. Hablad a toda la asamblea de Israel y decid: El día diez de este mes tome cada uno para sí un cordero por familia, un cordero por casa. Y si la casa no alcanzare para un cordero, lo tomará junto con el vecino más cercano a su casa, según el número de las personas. Calculad la porción que cada uno puede comer del cordero. El cordero será sin defecto, macho y primal. De las ovejas o de las cabras lo tomaréis. Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes; y toda la multitud de los hijos de Israel lo inmolará entre las dos tardes. Luego tomarán de la sangre y rociarán los dos postes (de la puerta) y el dintel de las casas en que han de comer. Comerán la carne en aquella misma noche. La comerán asada al fuego, con panes ácimos y con hierbas amargas. No comeréis nada de él crudo, ni cocido en agua, sino asado al fuego, con su cabeza, sus piernas y sus entrañas. Y no dejaréis nada de él para el día siguiente; lo que sobrare de él hasta la mañana, lo quemaréis al fuego. Lo habéis de comer de la siguiente manera: Ceñidos vuestros lomos, calzados vuestros pies, y el bastón en vuestra mano; y lo comeréis de prisa, pues es la Pascua de Yahvé. Porque Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y quitaré la vida a todos los primogénitos en el territorio de Egipto, desde los hombres hasta las bestias, y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto, Yo, Yahvé. Será, pues, vuestro distintivo la sangre en las casas de vuestra morada. Viendo la sangre pasaré de largo por vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora cuando Yo hiera el país de Egipto. Os será memorable este día, y lo celebraréis como fiesta en honor de Yahvé durante vuestras generaciones. La celebraréis como institución perpetua.
Este pasaje establece cómo el pueblo de Israel debía celebrar la Pascua como una fiesta en honor al Señor, con la observancia de rituales específicos que conmemoran su liberación de la esclavitud en Egipto. En los Evangelios la Pascua es muy mencionada. Uno de los eventos mas significativos es la institución de la Nueva Pascua, la que en adelante debemos celebrar todos los Cristianos, leamos:
(Mateo 26:17:19)
El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús, y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?" Les respondió: "Id a la ciudad, a cierto hombre, y decidle: "El Maestro te dice: Mi tiempo está cerca, en tu casa quiero celebrar la Pascua con mis discípulos". Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. Y llegada la tarde, se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían les dijo: "En verdad, os digo, uno de vosotros me entregará". Y entristecidos en gran manera, comenzaron cada uno a preguntarle: "¿Seré yo, Señor?" Mas Él respondió y dijo: "El que conmigo pone la mano en el plato, ese me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquel hombre, por quien el Hijo del hombre es entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido". Entonces Judas, el que le entregaba, tomó la palabra y dijo: "¿Seré yo, Rabí?" Le respondió: "Tú lo has dicho". Mientras comían, pues, ellos, tomando Jesús pan, y habiendo bendecido partió y dio a los discípulos diciendo: "Tomad, comed, éste es el cuerpo mío". Y tomando un cáliz, y habiendo dado gracias, dio a ellos, diciendo: "Bebed de él todos, porque ésta es la sangre mía de la Alianza, la cual por muchos se derrama para remisión de pecados. Os digo: desde ahora no beberé de este fruto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el reino de mi Padre".
(Marcos 14:12-26)
El primer día de los Ázimos, cuando se inmolaba la Pascua, sus discípulos le dijeron: "¿Adónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas la Pascua?" Y envió a dos de ellos, diciéndoles: "Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle, y adonde entrare, decid al dueño de casa: "El Maestro dice: ¿Dónde está mi aposento en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Y él os mostrará un cenáculo grande en el piso alto, ya dispuesto; y allí aderezad para nosotros". Los discípulos se marcharon, y al llegar a la ciudad encontraron como Él había dicho; y prepararon la Pascua. Venida la tarde, fue Él con los Doce. Y mientras estaban en la mesa y comían, Jesús dijo: "En verdad os digo, me entregará uno de vosotros que come conmigo". Pero ellos comenzaron a contristarse, y a preguntarle uno por uno: "¿Seré yo?". Respondióles: "Uno de los Doce, el que moja conmigo en el plato. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay del hombre, por quien el Hijo del hombre es entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido". Y mientras ellos comían, tomó pan, y habiendo bendecido, partió y dió a ellos y dijo: "Tomad, éste es el cuerpo mío". Tomó luego un cáliz, y después de haber dado gracias dió a ellos; y bebieron de él todos. Y les dijo: "Esta es la sangre mía de la Alianza, que se derrama por muchos. En verdad, os digo, que no beberé ya del fruto de la vid hasta el día aquel en que lo beberé nuevo en el reino de Dios". Y después de cantar el himno, salieron para el monte de los olivos.
(Lucas 22:7-23)
Llegó, pues, el día de los Ázimos, en que se debía inmolar la pascua.Y envió (Jesús) a Pedro y a Juan, diciéndoles: "Id a prepararnos la Pascua, para que la podamos comer". Le preguntaron: "¿Dónde quieres que la preparemos?" Él les respondió: "Cuando entréis en la ciudad, encontraréis a un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo hasta la casa en que entre. Y diréis al dueño de casa: "El Maestro te manda decir: ¿Dónde está el aposento en que comeré la pascua con mis discípulos?" Y él mismo os mostrará una sala del piso alto, amplia y amueblada; disponed allí lo que es menester". Partieron y encontraron todo como Él les había dicho, y prepararon la pascua. Y cuando llegó la hora, se puso a la mesa, y los apóstoles con Él. Díjoles entonces: "De todo corazón he deseado comer esta pascua con vosotros antes de sufrir. Porque os digo que Yo no la volveré a comer hasta que ella tenga su plena realización en el reino de Dios". Y, habiendo recibido un cáliz dio gracias y dijo: "Tomadlo y repartíoslo. Porque, os digo, desde ahora no bebo del fruto de la vida hasta que venga el reino de Dios". Y habiendo tomado pan y dado gracias, (lo) rompió, y les dio diciendo: "Éste es el cuerpo mío, el que se da para vosotros. Haced esto en memoria mía". Y asimismo el cáliz, después que hubieron cenado, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que se derrama para vosotros. Sin embargo, ved: la mano del que me entrega está conmigo a la mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según lo decretado, pero ¡ay del hombre por quien es entregado!". Y se pusieron a preguntarse entre sí quién de entre ellos sería el que iba a hacer esto.
(1 Corintios 11:23-29)
Porque yo he recibido del Señor lo que también he transmitido a vosotros: que el Señor Jesús la misma noche en que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: Este es mi cuerpo, el (entregado) por vosotros. Esto haced en memoria mía. Y de la misma manera (tomó) el cáliz, después de cenar, y dijo: Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre; esto haced cuantas veces bebáis, para memoria de Mí. Porque cuantas veces comáis este pan y bebáis el cáliz, anunciad la muerte del Señor hasta que Él venga. De modo que quien comiere el pan o bebiere el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Pero pruébese cada uno a sí mismo, y así coma del pan y beba del cáliz; porque el que come y bebe, no haciendo distinción del Cuerpo (del Señor), come y bebe su propia condenación.
Fiesta del: Yom Kipur, también conocido como el Día de la Expiación
Es una festividad judía que se celebra en el décimo día del mes hebreo de Tishrei. Es considerado el día más sagrado en el calendario judío y está marcado por el ayuno y la oración, durante el cual se busca la expiación de los pecados y la reconciliación con Dios.
Aquí está un pasaje del Antiguo Testamento que establece la celebración del Yom Kipur:
(Levítico 23:26-27)
Habló Yahvé a Moisés, diciendo: “El día décimo de este séptimo mes será el día de la Expiación, en el cual tendréis asamblea santa; os mortificaréis y ofreceréis a Yahvé un sacrificio de combustión.
(Lev.16:7-10)
tomará Aarón los dos machos cabríos y los presentará ante Yahvé, a la entrada del Tabernáculo de la Reunión. Luego Aarón echará suertes sobre los dos machos cabríos, una suerte para Yahvé, y la otra para Asasel. Y presentará Aarón el macho cabrío que haya tocado en suerte a Yahvé, ofreciéndolo como sacrificio por el pecado. El macho cabrío que por suerte tocare a Asasel, lo colocará vivo delante de Yahvé, para hacer sobre él la expiación y echarlo al desierto, para Asasel.
Este pasaje establece cómo el pueblo de Israel debía observar el Yom Kipur como un día de reposo sagrado, durante el cual se ayunaba y se buscaba la expiación de los pecados delante del Señor. La prohibición de trabajar y la obligación de ayunar son aspectos centrales de esta festividad según la ley judía.
El Yom Kipur es mencionado en el Nuevo Testamento en relación con el ministerio de Jesucristo. Aunque el término "Yom Kipur" no se menciona explícitamente, las ideas y simbolismos asociados con este día sagrado judío se reflejan en el Nuevo Testamento, especialmente en el libro de Hebreos.
En Hebreos, el autor compara el sacrificio de Jesucristo con el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento, incluyendo el Día de la Expiación (Yom Kipur), para resaltar la superioridad del sacrificio de Cristo y su efectividad para proporcionar expiación permanente por los pecados.
(Hebreos 9:11-14)
Cristo, empero, al aparecer como Sumo Sacerdote de los bienes venideros, entró en un tabernáculo más amplio y más perfecto, no hecho de manos, es decir, no de esta creación; por la virtud de su propia sangre, y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, entró una vez para siempre en el Santuario, después de haber obtenido redención eterna. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de la vaca santifica con su aspersión a los inmundos y los purifica en la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, que por su Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mácula a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis a Dios vivo?
Este pasaje (y otros en Hebreos) explora cómo Jesucristo, como sumo sacerdote, ofreció un sacrificio único y perfecto por los pecados, cumpliendo así con el simbolismo del Yom Kipur como el día de la expiación. La muerte de Cristo es vista como la expiación final y completa por los pecados de la humanidad, superando la necesidad de los sacrificios animales y estableciendo una nueva y eterna alianza entre Dios y la humanidad.
¿Puede ver usted alguna similitud entre estos dos episodios: (Lev.16:7-10) y (Marcos 15:6-15)?
Mas en cada fiesta les ponía en libertad a uno de los presos, al que pedían. Y estaba el llamado Barrabás, preso entre los sublevados que, en la sedición, habían cometido un homicidio. Por lo cual la multitud subió y empezó a pedirle lo que él tenía costumbre de concederles. Pilato les respondió y dijo: "¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?" Él sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia. Mas los sumos sacerdotes incitaron a la plebe para conseguir que soltase más bien a Barrabás. Entonces, Pilato volvió a tomar la palabra y les dijo: "¿Qué decís pues que haga al rey de los judíos?" Y ellos, gritaron: "¡Crucifícalo!" Díjoles Pilato: "Pues, ¿qué mal ha hecho?" Y ellos gritaron todavía más fuerte: "¡Crucifícalo!" Entonces Pilato, queriendo satisfacer a la turba les dejó en libertad a Barrabás; y después de haber hecho flagelar a Jesús, lo entregó para ser crucificado.
Les recomiendo leer, en esta página: ¿Jesús o Barrabás? ¿Qué relación existe entre esta escena y el gran día de la Expiación? https://www.derribandosofismas.com/forum/general-discussion/jesus-o-barrabas-que-relacion-existe-entre-esta-escena-y-el-gran-dia-de-la-expiacion-leviticos-cap-16
Fiesta de: Pentecostés (Shavuot):
Pentecostés, también conocido como Shavuot en hebreo, es mencionado en el Antiguo Testamento en relación con la festividad agrícola y religiosa que conmemora la entrega de la Torá (la Ley) en el monte Sinaí. Este evento se asocia con la cosecha de trigo y se celebra cincuenta días después de la Pascua.
La festividad de Pentecostés (Shavuot) está descrita en el libro del Éxodo y en el libro de Deuteronomio. Aunque la conexión directa con la entrega de la Ley en el monte Sinaí no se menciona explícitamente en estos pasajes, la festividad de Shavuot es considerada tradicionalmente como la celebración de ese evento.
(Éxodo 34:22)
Celebrarás la fiesta de las Semanas: la de los primeros frutos de la cosecha del trigo, y también la fiesta de la recolección al fin del año.
En el Nuevo Testamento es mencionada en el libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando los discípulos recibieron el Espíritu Santo.
(Hechos 2:1-4)
Al cumplirse el día de Pentecostés, se hallaban todos juntos en el mismo lugar, cuando de repente sobrevino del cielo un ruido como de viento que soplaba con ímpetu, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas divididas, como de fuego, posándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron entonces llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, tal como el Espíritu les daba que hablasen.
Fiesta de: Los Tabernáculos (Sukkot):
La festividad de Tabernáculos, también conocida como Sukkot en hebreo, está mencionada en varios lugares en el Antiguo Testamento. Sukkot es una festividad que conmemora la protección divina que Dios proporcionó a los israelitas durante su viaje por el desierto después del Éxodo de Egipto.
Aquí hay algunas referencias al festival de Tabernáculos (Sukkot) en el Antiguo Testamento:
(Levítico 23:33-43)
“Habla a los hijos de Israel y diles: El día quince de ese séptimo mes (celebraréis) durante siete días la fiesta de los Tabernáculos en honor de Yahvé.
Este pasaje describe las instrucciones dadas por Dios a Moisés sobre la celebración de la festividad de Tabernáculos. Establece que la festividad debe durar siete días y que durante ese tiempo, los israelitas deben vivir en cabañas temporales (sukkot) para conmemorar el período en el que vivieron en tiendas durante su viaje por el desierto.
(Deuteronomio 16:13-15)
Celebrarás la fiesta de los Tabernáculos por siete días, una vez acabada la cosecha de tu era y de tu lagar.
En este pasaje, se repiten las instrucciones para celebrar la festividad de Tabernáculos. También se enfatiza la alegría y la gratitud que deben experimentar los israelitas durante esta festividad, que coincide con la cosecha de fin de año.
(Zacarías 14:16-19)
Y todos aquellos que quedaren de todas las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán año por año, para adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, y celebrar la fiesta de los Tabernáculos.
Este pasaje profético describe cómo en el futuro, todas las naciones vendrán a Jerusalén para celebrar la festividad de Tabernáculos y adorar al Señor. Esto sugiere la importancia espiritual y universal de esta festividad en el Antiguo Testamento.
Estos son solo algunos ejemplos de referencias al festival de Tabernáculos (Sukkot) en el Antiguo Testamento. Esta festividad era una de las tres peregrinaciones anuales a Jerusalén, y tenía un significado importante tanto histórico como espiritual para el pueblo de Israel.
En el Nuevo Testamento es mencionada en el Evangelio de Juan, donde Jesús va a Jerusalén durante la fiesta.
(Juan 7:2)
Estando próxima la fiesta judía de los Tabernáculos,
Fiesta de la: Dedicación (Hanukkah)
La referencia en el Antiguo Testamento de esta fiesta solo la podemos encontrar en las Biblias Católicas, no en las versiones protestantes. La razón es que es una fiesta que únicamente se menciona en el libro deuterocanónico de los Macabeos. Para aquellos que defendemos el Canon Católico, esto es importante, ya que Jesús participó en esta celebración. Si Jesús participó en esta celebración, significa que le dio valor de escritura a este libro del Antiguo Testamento. Si Jesús no le hubiera dado valor de escritura a este libro y lo hubiera considerado espurio o pagano, como lo denominan algunos protestantes, Jesús nunca hubiera estado en dicha festividad.
(2 Macabeos 10:1-5; 8)
Entretanto el Macabeo y los que le seguían, protegidos del Señor, recobraron el Templo y la ciudad,y demolieron los altares que los gentiles habían erigido en las plazas, y asimismo los templos de los ídolos. Y habiendo purificado el Templo, construyeron un altar nuevo, y sacando fuego por medio de unos pedernales, ofrecieron sacrificios, dos años después, y pusieron incienso, las lámparas, y los panes de la proposición. Ejecutado esto, postrados en tierra, rogaban al Señor que nunca más los dejase caer en semejantes desgracias; y, caso que llegasen a pecar, los castigase con más benignidad y no los entregase en poder de hombres bárbaros y blasfemos. Y el Templo fue purificado en aquel mismo día en que había sido profanado por los extranjeros, es decir, el día veinticinco del mes de Casleu… Y de común consejo y acuerdo decretaron que toda la nación judía celebrase esta fiesta todos los años en aquellos días.
En el Nuevo Testamento encontramos la festividad en este pasaje:
(Juan 10:22-23)
Llegó entre tanto la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Era invierno, y Jesús se paseaba en el Templo, bajo el pórtico de Salomón.
Hemos llegado al final de este estudio.
“…Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza poderosa,” (Ef.1:17-19).
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