Leamos primero la Profecía en el evangelio de San Lucas cap.21
6—Vendrán días en los que de esto que ven no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida.
8 Él dijo: Miren, no se dejen engañar; porque vendrán en mi nombre muchos diciendo: «Yo soy», y «el momento está próximo». No los sigan.
9 Cuando oigan hablar de guerras y de revoluciones, no se aterren, porque es necesario que sucedan primero estas cosas. Pero el fin no es inmediato.
10 Entonces les decía: —Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino;
11 habrá grandes terremotos y hambre y peste en diversos lugares; habrá cosas aterradoras y grandes señales en el cielo.
12 Pero antes de todas estas cosas les echarán mano y los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y a las cárceles, llevándolos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre:
13 esto les sucederá para dar testimonio.
14 Así pues, convénzanse de que no deben tener preparado de antemano cómo se van a defender;
15 porque yo les daré palabras y sabiduría que no podrán resistir ni contradecir todos sus adversarios.
16 Serán entregados incluso por padres y hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de ustedes,
17 y serán odiados por todos a causa de mi nombre.
18 Pero ni un cabello de su cabeza perecerá.
19 Con su perseverancia salvarán sus almas.
20 Cuando vean a Jerusalén cercada por ejércitos, sepan que ya se acerca su desolación.
21 Entonces los que estén en Judea huyan a los montes, y quienes estén dentro de la ciudad que se marchen, y quienes estén en los campos que no entren en ella:
22 éstos son días de castigo para que se cumpla todo lo escrito.
23 ¡Ay de las que estén encintas y de las que estén criando esos días! Porque habrá una gran calamidad sobre la tierra y habrá ira contra este pueblo.
24 Caerán al filo de la espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles.
32 En verdad les digo que no pasará esta generación sin que todo se cumpla.
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Discusión:
En la vida cristiana, es común encontrarse con diversas interpretaciones de las profecías apocalípticas presentes en la Biblia. Una de las más destacadas se encuentra en el Evangelio de Lucas, específicamente en el capítulo 21. Algunos han interpretado estas palabras como predicciones sobre eventos futuros, pero como apologeta católico, es crucial comprender que muchas de estas profecías ya se han cumplido. Uno de los eventos más notables y evidentes es la destrucción del Templo de Jerusalén y las guerras judías, eventos que históricamente respaldan la veracidad de las palabras de Jesús.
La profecía en cuestión se encuentra en Lucas 21, donde Jesús predice la destrucción del Templo de Jerusalén: "Y como algunos hablaban del templo, de cuán hermosas eran las piedras y de las ofrendas que estaban expuestas, dijo: De estas cosas que contempláis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada."
Para validar esta afirmación, podemos recurrir a los escritos del historiador judío Flavio Josefo. En su obra "La Guerra de los Judíos", Josefo documenta detalladamente la destrucción del Templo de Jerusalén por las fuerzas romanas en el año 70 d.C. El testimonio de Josefo coincide de manera sorprendente con las palabras de Jesús, proporcionando una conexión histórica ineludible.
Además, Jesús continúa su profecía en Lucas 21:20-24, anunciando las guerras y tribulaciones que sobrevendrían: "Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que su desolación ha llegado. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; los que estén en medio de la ciudad, retírense; y los que estén en los campos, no entren en ella."
Flavio Josefo, en sus escritos, narra las atrocidades y sufrimientos experimentados por los judíos durante la guerra contra Roma. Las descripciones de hambruna, violencia y sufrimiento concuerdan con las palabras de Jesús, demostrando que la profecía se cumplió de manera precisa y detallada.
Destrucción del Templo:
Jesús: "De estas cosas que contempláis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada." (Lucas 21:6)
Josefo: "Guerra de los judíos, libro VI, el sitio y la toma de Jerusalén. Desde la caída de la torre Antonia hasta la destrucción total de la ciudad”
Jerusalén sitiada por ejércitos:
Jesús: "Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que su desolación ha llegado." (Lucas 21:20)
Josefo: "Desde la destrucción de Jerusalén hasta la rebelión judía de Cirene, libro VII”
Huida a los montes:
Jesús: "Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes." (Lucas 21:21)
Josefo: "Guerra de los judíos, libro VI, el sitio y la toma de Jerusalén. Desde la caída de la torre Antonia hasta la destrucción total de la ciudad” (Se trataba del grito de guerra de las legiones romanas [273] en su avance, de los lamentos de los rebeldes rodeados por el fuego y por las armas, de la huida del pueblo, que acorralado arriba se lanzaba lleno de espanto contra los enemigos125, y de los alaridos ante sus propias desdichas. A [274] los gritos de los que se hallaban en la colina se les unía el de la población de una y otra parte de la ciudad. Muchos debilitados y enmudecidos por el hambre, cuando vieron el fuego del Templo, tuvieron de nuevo fuerza para gemir y lamentarse.)
Documento en internet:
Dato curioso:
Se lee en el versículo:: 32 En verdad les digo que no pasará esta generación sin que todo se cumpla.
El significado a la Palabra Generación utilizada en este versículo representaba para los judíos un termino aproximado de 40 años. La referencia más conocida a la duración de una generación como 40 años se encuentra en el relato del éxodo de los israelitas en el Antiguo Testamento. Según la Biblia, los israelitas vagaron por el desierto durante 40 años antes de entrar en la Tierra Prometida. Este periodo se menciona en varios pasajes, incluyendo:
Números 32:13: "Y el Señor se enojó contra Israel, y los hizo vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta que toda la generación que había hecho lo malo a los ojos del Señor quedó eliminada."
Deuteronomio 2:14: "Así que los días que caminamos desde Cades-barnea hasta que cruzamos el torrente de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que fue eliminada toda la generación de los ombres de guerra del campamento, como el Señor les había jurado."
Jesús comenzó a predicar a los 30 años y murió a los 33 años, si sumamos aproximadamente el tiempo en que se calcula una generación, llegamos al año 70 en donde ocurrió la destrucción del Templo., si sumamos aproximadamente el tiempo en que se calcula una generación, llegamos al año 70 en donde ocurrió la destrucción del Templo.
Advertencia:
Tengan pues mucha precaución cuando escuchen a supuestos “profetas, predicadores, pastores” que utilizando estas lecturas les imparten una falsa enseñanza sobre lo que acontecerá hacia el fin del mundo.
No podemos dudar que ese momento llegará: (2P.3:1-18) “Sepan, en primer lugar, que en los últimos días vendrán hombres burlones y llenos de sarcasmo, que viven de acuerdo con sus pasiones, y que dirán: ¿Dónde está la promesa de su Venida? Nuestros padres han muerto y todo sigue como al principio de la creación”.
Debemos estar alertas, el día y la hora nadie lo sabrá: (Mt.24:36) “En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”.
El llamado que nos hace Jesús es a estar alertas: (Mt.24:4) “Él les respondió: Tengan cuidado de que no los engañen, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Yo soy el Mesías", y engañarán a mucha gente. Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerras; no se alarmen: todo esto debe suceder, pero todavía no será el fin”, en el A.T. se nos invita a pensar en este momento para evitar caer en pecado: (Si./Eclo.7:36) “En todas tus acciones ten presente tu fin, y jamás cometerás pecado" Pero jamás debes pensar que el hombre actual sabrá cosas que ni los ángeles saben: (Mt.24:36) “En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”.
¿En qué debemos creer?
Debemos creer en lo que la Iglesia enseña. ¿Qué es lo que enseña la Iglesia? Leamos el Catecismo:
675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (cf. Pío XI, carta enc. Divini Redemptoris, condenando "los errores presentados bajo un falso sentido místico" "de esta especie de falseada redención de los más humildes"; GS 20-21).
677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
En esto es en lo que nos debemos concentrar: “…desvelará el misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne.
La persecución final no será hecha por un monstruo de 4 cabezas, 8 ojos y 12 cuernos. Si no que será bajo la forma de una impostura religiosa que hará creer al hombre que Dios no existe, y este lo negará en todas sus formas. Negará al Padre, negará al Hijo y negará al Espíritu Santo. El hombre se glorificará así mismo y será un apóstata de la verdad. Todo lo demás lo explica el Catecismo.
En resumen, la visión Católica Apostólica y Romana de la escatología se basa en la creencia en el regreso de Jesucristo, el Juicio Final, la Resurrección de los Muertos y la Vida en un Mundo Futuro. (Hch.1:10-11) “Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir.”
La Iglesia Católica enseña que al final de los tiempos, Jesucristo volverá en gloria para juzgar a los vivos y a los muertos. Todos los seres humanos serán resucitados y serán juzgados según sus acciones en la vida. Aquellos que hayan vivido de acuerdo con la voluntad de Dios y hayan aceptado su gracia serán recompensados con la vida eterna en el cielo, mientras que aquellos que hayan rechazado la gracia de Dios y hayan vivido de acuerdo con el pecado serán condenados al infierno. (Jn.5:28-29) “No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz. y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio”. (Ap.20:12) “Y vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras”.
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